Nacho Cano
Niño no nacido
Pasábamos el día jugando al sol
uniendo sentimientos y sonrisa
convirtiendo el tiempo el dulce soma de amor.
Vivimos el uno para hacer del otro un ángel
y adorarnos hasta el punto de morir
y llorar por devoción.
Nadie nos dijo que a la vuelta del placer
está el principio del dolor.
Y concebimos un pequeño parecido a los humanos,
que no quiso respirar, y nació para marchar,
por cada nombre que pensamos
una losa se hizo muro entre los dos.
Atodas luces de tu razón
la voluntad divina se hacía injusta
y todavía no perdonas a Dios.
Y las desdicha se hizo dueña de tus ojos
apagando con sollozos de mujer
la esperanza y la la ilusión.
Cuando el final estuvo a punto
un suceso inesperado aconteció.
Y fue de noche que entre sueño,
parecido a los humanos un pequeño apareció
y tu oído susurró:
queridos padres me pusisteis tanto amor
que fui directo al cielo.
Pasabamos el día jugando al sol.
uniendo sentimientos y sonrisa
convirtiendo el tiempo el dulce soma de amor.
Vivimos el uno para hacer del otro un ángel
y adorarnos hasta el punto de morir
y llorar por devoción.
Nadie nos dijo que a la vuelta del placer
está el principio del dolor.
Y concebimos un pequeño parecido a los humanos,
que no quiso respirar, y nació para marchar,
por cada nombre que pensamos
una losa se hizo muro entre los dos.
Atodas luces de tu razón
la voluntad divina se hacía injusta
y todavía no perdonas a Dios.
Y las desdicha se hizo dueña de tus ojos
apagando con sollozos de mujer
la esperanza y la la ilusión.
Cuando el final estuvo a punto
un suceso inesperado aconteció.
Y fue de noche que entre sueño,
parecido a los humanos un pequeño apareció
y tu oído susurró:
queridos padres me pusisteis tanto amor
que fui directo al cielo.
Pasabamos el día jugando al sol.